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Para  muchos septiembre es el mes de la vuelta a la rutina, tanto para los niños que vuelven al cole como para los mayores que volvemos al trabajo.

Siguiendo las siguientes recomendaciones podremos evitar el llamado síndrome post-vacacional.

Dicho síndrome se produce debido al cambio que ocasiona la vuelta a la rutina. Lo más importante para paliarlo es propiciar que este cambio sea lo menos brusco posible,  y apreciar lo positivo de la vuelta de las vacaciones.

La mejor manera para evitar la depresión post-vacacional es prevenir. Una buena idea para evitar situaciones de agobio y estrés es programar una vuelta anticipada. No es muy aconsejable regresar de las vacaciones un día antes de la reincorporación al puesto.  Llegar con tiempo a casa para aclimatarse puede dar la tranquilidad que se necesita para empezar al cien por cien. Además, si dormimos bien, nos levantamos  pronto para no ir al trabajo con prisas, y abordamos tareas laborales de manera progresiva, conseguiremos tener un regreso lo más placido posible.

Por otro lado, para evitar la aparición del síndrome post-vacacional, tenemos que tener una actitud positiva frente a la vuelta al trabajo. Y es que volver a nuestro día a día trae consigo cosas buenas como  ver a familiares, amigos y/o personas con las que no se ha tenido tanto contacto.  Hay miles de detalles que nos pueden hacer felices durante la jornada laboral.  Detalles como una charla distendida a la hora del café, el tener nuevos retos por delante, el orgullo de completar tareas de manera satisfactoria o que te hagan sentir bien el resto de la plantilla.

Los niños también pueden padecer síndrome post-vacacional, y  por ello es muy importante que los padres transmitan la idea de que volver a la rutina no es un hecho negativo. Ver de nuevo a compañeros de clase o estrenar material nuevo puede ser motivos que les reporten ilusión y felicidad a los más pequeños. También tenemos que intentar que la adaptación al nuevo curso escolar sea lo más progresivo posible minimizando los efectos de los cambios horarios (horas a las que se va el niño a dormir, horario de comidas, etc.)